martes, 22 de junio de 2010

La cuerpa no me lo pide/Crónicas autobuseriles

Pues resulta que es hora de decir hola a este “blog” que está “bull” de olvidado. Es que no sé si empezar a hablar de redes sociales, o a escribir estupideces como cuando lo hacía en mis tiempos de bachi-de-rato. Me voy más hacia lo segundo, primero; porque me ladilla hablar de redes sociales, y segundo; hablar como bachilleratil es más divertido, idiota, pero entretenido al fin. Debo admitir que ya a este punto de haber escrito no sé sobre qué coño escribir en las próximas líneas. Lo que sí debo explicar es el título, pero tampoco me extenderé con eso, definitivamente la cuerpa no me pide estudiar, ese es el problema de que me rueden un examen, y por más que necesite/intente/reflexione acerca de ello, va contra mí… ¡Mujer! Déjate querer.

Han pasado cosas etstrañas en estos días, pero por motivos de seguridad a las personas implicadas prefiero no contar nada, además que es malo propiciar el chisme. Por cierto, no vean la bomba. Ajá, bueno, para dar una mera idea de lo que ha ocurrido en estos días es que hay gente que tiene todavía el bachillerato en la cabeza, pero me he dado cuenta que muchas de esas personas provienen principalmente de zonas pseudo-urbanas de nuestro querido oriente venezolano, a escasos quilómetros de Port La Croix, igual no se puede hacer nada, o será que soy demasiado viejo. Ojo, no tengo nada en contra de la gente de nuestros pueblos aledaños, pero siempre hay un común denominador en personas con estas actitudes.

Eso es algo extraño, lo otro extraño, aunque no tan extraño, me pasó anoche, en realidad no pasó nada, sino que me puse a reflexionar sobre ciertas cosas del transporte público. Definitivamente te encuentras tantas vainas tanto en buses, carritos y busetas. Nombraré algunas características a continuación, puede que no estén en orden ni relacionadas entre sí:

1. El acento de los colectores no varía. Supongo que esto no es algo de extrañar; fácilmente reconoces cuando está hablando un coleitol, cuando escuchas a lo lejos esa voz algo nasal y con acento demasiado típico diciendo “Alteelnaa, altelnaa… Balcelona, altelna”. Tanto es así que es muy fácil de imitar. Y cómo olvidar: “Panita pol favol vamo' a colaborá con el pasiYio”, “Se agradece pasaje en mano”… y algo que siempre me doy cuenta, nunca dicen AEROCAV… sino AREOCÁ. Está bien que no pronuncien la V, ni yo lo hago, pero AREO (¿?).

2. Un olor distintivo. Recuerdo que alguien una vez me contaba sobre la mamá de una amiga que le decía “hueles a carrito por puesto”, y pareciera un comentario muy snob por parte de esta señora, pero más razón no podría tener. TODOS los carritos, autobuses y demás, sin excepción, tienen ese olor que se impregna en tu ropa así te eches 300 ml de colonia encima. Es una mezcla de mueble con aceite y gasolina.


3. Los ambulantes. Antes lo veía como simples personas que pedían ayuda de vez en cuando, pero con el tiempo les he ganado respeto, porque ya desconozco si son delincuentes u honestos. Aunque pueden ser ambas cosas, porque entre el discurso que nos dan comentan de su pasada por la cárcel y de que “a veces” les provoca portarse mal, “mentira mi gente” un pequeño incentivo para colaborar. Olvidando también estoy a los que suben con la carpetica y las fotos de la niña que llevan ya 5 años operándola de un tumor, el señor con una evisceración que muestra para asombrar pero que es notablemente falsa, o el chico con un pequeño cuatro cantando dando chillidos y que se molesta cuando no lo aplauden. Ah! Y aquellas jugosas promociones de cocosettes, 1 x 1.500 y 2 x 3.000.

4. Techos extraños. Muchos son normales, pero ciertas busetas y carritos tienen un pequeño defecto en su parte superior, no sé por qué, pero a veces el techo es como por decirlo así, ‘bolsúo’, tú estás sentado tranquilamente pero tienes una bandera de techo marrón sobre tu cabeza (que tiene el olor típico autobusil, por cierto). Será que se despega o es que quieren que sientas una almohadita mientras viajas.

5. Cartelitos filosóficos e informativos. Creo que los que me han leído en tuiter han visto ciertas citas famosas de estos carteles. Me he dado cuenta, analizando los dibujos y la forma de estos carteles que una compañía está detrás de esto, son producidos en serie, porque se ven repetidos y con los mismos dibujos de fondo, que por cierto, a veces no tienen nada que ver- un fondo con un unicornio volando sobre un mar y el cartel susodicho imprime un mensaje como ‘tu envidia me fortalece’- aunque otros sí tienen que ver. De verdad siempre me han llamado la atención estos artilugios decorativos e informativos como dije, hay uno que pregona: ‘Chiquito, pero subo y bajo’, a su imaginación.

6. Arrechera colectoral. Bueno sí, los colectores tienen muchas características destacables, tanto así que podría hacerse otra entrada sobre ellos, pero sería darle excesiva importancia. Esta característica está relacionada con la molestia que presentan los colectores al recibir un ticket estudiantil, yo entiendo que a lo mejor lo cobran más barato, o que quieren el dinero al instante, pero coño, cada vez que reciben uno le mentan la madre hasta a la señora que tienen al frente porque simplemente le entregaron un ticket. Relájese.


7. Nombres. Hay ciertos autobuses que en su parte posterior o bien sea en el parabrisas lucen una especie de ‘seudónimo’ que van desde el religioso y devoto “SANTO CRISTO DE JESÚS”, pasando por “EL GRAN TIGRE ” y terminando por nombres tan psicodélicos como “EL AGUACATE”, y no es mentira, es verde y todo.


Y por último pero no menos importante por supuesto:

8. MAELO RUIZ. ¿Por qué? Quién es este señor que es tan popular en nuestros autobuses. Por razones obvias sé que es un salsero. Pero, ¿por qué tan famoso? ¿Tienen algún contrato con él? ¿O los tri-packs de cidis de él son demasiado baratos? De 5 autobuses diarios, por lo menos 3 deben tener puesto al tío Maelo (lo de tío lo supe por alguien que me preguntó que por qué me metía con el “tío Maelo”), terminando todas sus canciones con su característica y original frase: ¡Otra vez… Maelo Ruiz!


Ciertamente faltan muchas cosas más por describir, definitivamente el mundo del transporte público es todo un tema aparte, digno de estudiar con mucha cautela con sus respectivos análisis socioculturales involucrados. Desde el chófer que sienta a ‘la chama’ en el motor pa’ echarle los perros, hasta este estudiante como yo, que no tiene más nada que hacer sino escribir sobre ello.

El orden al escribir no va conmigo, como pueden ver…

Chao.

7 comentarios:

Akanesita! dijo...

HAHAHAHAHAHAHAHAHAHHA.
y ¿Quien es Maelo Ruiz?.~ u.ú que la sinceridad se la lleve un pez, agregaré lo de "Cambio vieja de 30 por dos de 15" y "Sincalnépagastó,oite?".
La vida compradre, el autobus es la vida.

Lo quiero :D

Laura Pimentel dijo...

Ajá bueno, es el momentooo esaptoo esaptooo(8), al fin logré entrar.. JA!, bueno sí chiamo todo lo que dices es ciertooo..., como había dicho, es verídico lo del techo abombao, me identifico con esa parte realmente,y bueno, algo que quería acotar a la lista, y que no puede faltar son: Los pañitos decorativos ubicados, ya sea, en la parte delantera del autobus, o lateralmente por encima de las ventanas de una manera secuencial, y, nótese la gran variedad de diseños, como por ejemplo los pañitos piolín, hello kitty, pucca, etc.., que me parece que son los más frecuentes!

No llegaste a pensar que los vendían?, yo sí :D

We piraré!, me gustó muchísimo más esta crónica que la anterior :P
xoxo *te manda besos bachilleratiles* ñññ CHAO

Laura Pimentel dijo...

No tienes idea de todas las contraseñas que puse!!! xDDDDD, pero la conseguí JA!

Angela dijo...

Jajajaja, muy pero muy bueno... Diantres que es ese olor? hasta el cabello se impregna!
Por supuesto, hay que hacer un reconocimiento al optimismo de todos los transportistas... quienes meten gente, y mas gente y siguen metiendo gente, y mas y mas y mas dentro del autobus... hasta que todos quedamos unos sobre otros y ya tu cabello no solo se impregna del olor de la unidad, sino tambien del olor del otro pasajero... quien conociendo la ley de Murphy, no estara usando precisamente ni Hugo Boss ni Carolina Herrera...

Andrés dijo...

Jajaja comadre, le voy a poner de tarea que me anote cada uno de esos avisos, se puede hacer todo un libro de "citas".

Laura, ahora que lo pienso, esos pañitos también los pueden utilizar como cortinas, tanto decorativo como funcional entonces, pa' tapá sol.

Enyela, ciertamente, sobre pasan la capacidad del autobús. Con respecto a los olores, una vez entró un carajo a pedir real, un tipo ahí de la calle, el olor del tipo estaba entre basura y mierda, que es lo mismo pero imagínalas en mayor medida.

ari dijo...

Andresillo!! jajajajaja dios!! me hiciste reír demasiado, sigue haciendo más post porque por lo que veo este es viejito :)

P.D: llegué aquí a través de la akanesita ;)

Carlos Brito dijo...

Exigimos nuevos post!